ESPACIO DE REFLEXIÓN
DOMINGO
DE RAMOS: EL FRACASO DE LA NO-VIOLENCIA, UN RETO PARA HOY
Martí
Colom
Con la fiesta del
Domingo de Ramos damos hoy inicio a las celebraciones de Semana Santa.
Conocemos de sobra la historia y su desenlace, y sin embargo, la fuerza de los
textos y de las diversas liturgias de estos días nos llevará un año más a vivir
una sucesión de sentimientos intensos y a menudo contradictorios, un auténtico
tobogán emocional, sobre todo durante el Triduo Pascual: de la calidez
entrañable que transmite la imagen del grupo de hermanos reunidos festivamente el
jueves por la noche al respeto impresionante que nos causa contemplar, al final
de aquella cena, el gesto sencillo y a la vez potente de Jesús, arrodillado,
lavando los pies de sus discípulos; de la angustia que experimentamos al ver su
soledad en Getsemaní a la frustración que provoca su arresto; del dolor causado
por la fractura de lealtad entre maestro y discípulos (“todos lo abandonaron”,
nos dirá el evangelista) a la indignación por el cinismo y la mezquindad de sus
acusadores; de la tristeza por su ejecución atroz a la euforia de una
resurrección que da sentido a toda la trama cuando ésta ya parecía
irreversiblemente concluida. Las liturgias nos recordarán que nuestra fe no es
un frío ejercicio intelectual, sino que más bien empieza con el estremecimiento
que deja en nosotros este relato formidable, a partir del cual, entonces,
elaboramos nuestra reflexión teológica.