Hace algunos meses Perla Fernández
se apuntó al curso de confección de bolsos que ofrecía la Parroquia La Sagrada
Familia en Sabana Yegua. Anteriormente ya había completado el curso general de
costura, y también uno de tapicería. De hecho su padre es tapicero, pero las
entradas que le aporta este negocio son muy escasas. La preocupación de Perla era
apoyar a su padre y a la vez conseguir recursos para continuar estudiando: tuvo
que interrumpir sus estudios al tener a un hijo, pero ahora consiguió una beca
para ir a la universidad. Sin embargo, todavía tenía que conseguir recursos
para pagar su transporte y materiales de estudio, y entonces se inscribió al
curso de confección de bolsos. Terminado el curso, Perla ha podido vender un
buen número de los bolsos que ha confeccionado allí, y con los ingresos de la
venta ahora podrá pagar su transporte y materiales de estudio. Nos alegramos
mucho por ella, y la felicitamos por su tenacidad. ¡Ánimo Perla, que ya tienes
el impulso para iniciar la universidad!
martes, 20 de octubre de 2015
INMOVILISMO, CAMBIO Y EVANGELIO
Martí Colom
Decía el
hermano Roger Schutz, fundador de la Comunidad de Taizé, que «Dios nunca
condena a nadie al inmovilismo»[1]. Hermosa
frase de alguien que entendió que las personas estamos hechas para avanzar y caminar,
de alguien que quiso vivir en la desinstalación permanente y a quien siempre
preocupó (tanto en individuos como en instituciones) la falta de horizontes.
Una
paradoja de nuestro tiempo, de la época en que vivimos, es que combina cambios
rapidísimos y aceleración constante en la superficie con un profundo
inmovilismo de fondo. La tecnología a la que tenemos acceso evoluciona a tal
velocidad que a veces es difícil seguirle el ritmo: lo que hace apenas unos
años era impensable se convierte en habitual, y pronto caduca para dar paso a
nuevos avances que invaden nuestras vidas y nos permiten, entre otras cosas,
comunicarnos de formas nuevas, más rápidas y más precisas. Vivimos en la
“desinstalación permanente” de nuestros hábitos cotidianos, pues las costumbres
de hace muy poco (cómo compartíamos información, cómo accedíamos a ella, cómo
comprábamos un libro o un billete de tren, cómo aprendíamos un idioma, cómo
tomábamos notas de una reunión…) han sido radicalmente transformadas por nuevos
medios, que han modificado hasta la manera misma en que nos relacionamos. Y sin
embargo, sería un error asumir que dicha aceleración constante nos hace inmunes
al inmovilismo: pues, como decíamos, se trata de una transformación
superficial, de lo externo, de “la corteza” de nuestras vidas, que es
perfectamente posible gestionar sin que el fondo, nuestra sustancia, cambie ni
un ápice.
martes, 13 de octubre de 2015
MI PRIMER DÍA DE CLASE
Una semana antes de que empezaran oficialmente las clases, el grupo de trabajo y las maestras del centro San José emprendieron actividades de reubicación de las aulas, acomodaron muebles, pintaron los salones retocando las puertas, asearon a profundidad paredes y pisos, y posteriormente realizaron la decoración del recinto preescolar. Todo con el fin de brindar una calurosa bienvenida a los niños de Jardines de San Juan, en las afueras de la ciudad de México, cuando llegaran a su primer día de clase.
Así hemos iniciado el nuevo ciclo escolar 2015-2016 en el Centro Comunitario de Desarrollo Infantil San José, contagiados de alegría, porque sabemos que cada día trabajamos en la construcción de valores para formar niños y niñas con mejores aspiraciones para su futuro.
lunes, 5 de octubre de 2015
CURSOS DE COCINA Y REPOSTERÍA PARA TODOS Y TODAS
Nairobi
Rodríguez se enteró del curso de cocina que se ofrece en el nuevo centro
cultural de Sabana Yegua pero, como dice ella misma, “no sabe las letras”, y
temía no ser aceptada. Decidió ir con su hija de acompañante, que está en
primero de secundaria, y que ella tomara nota de todas las recetas. Así fue
como finalizó el curso de 60 horas de cocina básica para grupos vulnerables,
facilitado por INFOTEP, una institución del gobierno dominicano de formación
profesional y técnica. Los dos grupos de 25 personas que tomaron el curso están
entusiasmados y continuarán con el curso de repostería y postres, de 180 horas.
¡Eso ya son palabras mayores! Se necesitan más ingredientes, utensilios… y
tendrán que ver de dónde sacan un dinerito, porque aunque el curso sea gratis,
hay que conseguir algunas cosas para después poder deleitar a la familia y
amigos en casa. Nairobi se siente muy agradecida por el curso de cocina y se
apuntará también al de repostería, pero lo más importante es que una vez más,
vuelve a animarse a continuar con sus estudios de primaria. Haber terminado
este curso le hace pensar que podría llegar mucho más lejos si supiera escribir
y leer bien, así que, aunque trabaje por las mañanas, y por las tardes tenga
que atender a sus cinco hijos, se organizará, porque si algo tiene muy claro es
que ya no quiere seguir siendo analfabeta.
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