“DONDE
COMEN 70 COMEN 100”
Recorriendo casa por casa en busca de familias con
niños menores de 6 años para invitarlos al Centro Educativo San José nos
encontramos con la vivienda de Elvira, una mujer delgada de poca estatura y
piel curtida, con una sonrisa contagiosa en su rostro. Su precaria casa en
Jardines de San Juan Ajusco, a las afueras de la ciudad de México, es apenas un
techo de lona ya podrida por la lluvia y el sol, con paredes de madera sin
trabajar, y el piso totalmente de tierra. Como la mayoría de las casas de este asentamiento
irregular, no cuentan con electricidad, agua potable ni alcantarillado. Ahora
que inicia la temporada de frío y lluvias constantes, tienen que buscar la
manera de protegerse: se calientan con un fuego de madera dentro de la casa y ponen una
cubeta para recolectar el agua que cae de las goteras para lavarse.
Elvira vive ahí con su esposo y su hijo de cuatro
años, Emilio. El niño siempre está con su madre, la cual va a trabajar lavando
los platos de una señora del mismo barrio, de manera que no asiste a ningún
tipo de escuela, centro o guardería. En la conversación nos percatamos que las
razones de no llevar a su hijo al centro son sobre todo por desconfianza, ya
que Elvira teme que un día Emilio sea raptado, pues se han presentado casos en
el barrio.
Siguiendo la conversación con Elvira, se nos mostró
llena de dudas y de entrada no quería aceptar la invitación para llevar a
Emilio al Centro San José y que pudiera gozar de todos los beneficios que
suponen una educación preescolar, junto al programa de nutrición infantil. Pero
al final nos dijo que ella quiere lo mejor para su hijo, y que sea cómo sea
luchará para que Emilio tenga mejores oportunidades en el futuro y una calidad
de vida mejor que la actual.
En dos meses hemos conseguido invitar a Emilio y a
otros niños y niñas del barrio al Centro San José, y ahora se encuentran
recibiendo educación, alimentación y atención psicológica, sentando las bases
para su futuro como personas y miembros de su sociedad.
A finales del curso pasado, el Centro
San José contaba con un promedio de 70 niños, mientras que ahora con la nueva
campaña hemos alcanzado ya la cifra de 99 niños inscritos para el curso
2014-2015. Y hemos aprendido que, en estas condiciones sociales, no es
suficiente tener las puertas abiertas para que estos niños se puedan beneficiar
de nuestro proyecto: también es necesario ir puerta por puerta para invitarlos
y ayudar a sus padres a entender el beneficio que supone para sus hijos la
educación, nutrición y estimulación temprana.
Es por historias como esta que en el Centro
Comunitario de Desarrollo Infantil San José en Jardines de San Juan Ajusco haremos
el gran esfuerzo de llenar las aulas del centro a su máxima capacidad, recorriendo
cada una de las calles del barrio en busca de niños menores de 6 años, para
encontrar más casos como el de Emilio, que no estén acudiendo al centro. Queremos
saber por qué no están asistiendo, y hacer posible que se beneficien de los
servicios que ofrece nuestro proyecto de desarrollo integral de la primera
infancia.
Mientras haya hogares como los de Elvira y Emilio,
seguiremos fomentando el desarrollo educativo y mejorando la calidad de vida de
las familias que más lo necesitan en Jardines de San Juan Ajusco, haciendo
posible que “donde comen 70 comen 100”.
Yomaira Cordero y Fany Argüello
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