ESPACIO DE REFLEXIÓN
La sutil
persistencia de Dios
Podríamos
llamar a Dios “el sutil persistente”. En su trato exquisito con nosotros, Dios
nunca es tosco, grosero ni obvio. Es sutil. Su presencia es aquella brisa suave
del profeta, que fácilmente nos podría pasar por alto, que hay que tener una
sensibilidad especial para detectar. Dios, respetuoso de la autonomía que nos
ha dado, no irrumpe con violencia en nuestras vidas. Y sin embargo, es
tenazmente persistente. Sutil, sin duda, pero persistente en su presencia constante,
en su acompañamiento, en su amor. Descubrir la sutil persistencia de Dios es
una aventura llena de dicha.
Martí Colom
Martí Colom
Nice.
ResponderEliminarPrecioso... el sutil persistente.
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