Recientemente, los niños y niñas de la Escuela Católica
de Meki se han divertido con tres cosas bien simples: un cepillo de dientes, un
poco de pasta dental y agua. Tres elementos básicos para algunos, pero inalcanzables,
allá, para la mayoría.
Después de dos clases teóricas sobre la higiene dental y
el cepillado de dientes, obsequiamos un cepillo de dientes a los alumnos de la
escuela para que pusieran en práctica lo aprendido. Era una tarde calurosa,
pero a pesar de ello, los niños y niñas salieron al patio corriendo hacia la
fuente, para estrenar los cepillos. Con gran alegría quitaron las cubiertas de
los cepillos nuevos, se acercaron a que les pusiéramos pasta dental y empezaron
a cepillarse los dientes con sonrisas en sus caras.
“Me están sangrando mucho los dientes al cepillarme” nos
cuenta asustado Berekat, estudiante de 4º año, “prefiero no hacerlo, es mala la
sangre”. Era la primera vez que Berekat sostenía un cepillo de dientes, y como
él muchos de sus compañeros. Lo tranquilizamos explicándole que es normal, si
nunca se ha cepillado los dientes antes: a medida que vaya cepillándose cada
día dejarán de sangrarle las encías, que no debe preocuparse por ello, pero sí hacerlo
a diario para tener los dientes sanos y fuertes.
Enseñar conocimientos fundamentales sobre higiene es
básico para ir cambiando prácticas y creencias perjudiciales. Nuestro programa
de Salud Escolar, con atención médica y educación sanitaria, se lleva a cabo en
tres escuelas en la zona de Meki, en el sur de Etiopía. Invertir en educación y
salud es elemental para luchar contra la pobreza.
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