«Quien
mueve el cuerpo mueve el corazón, quien mueve el corazón, mueve las emociones;
quien es capaz de emocionarse y quien es capaz de emocionar ha encontrado la
llave del misterio-milagro de la educación» (Carlos Pons, maestro y actor).
Partiendo
de estas bonitas palabras de Carlos Pons, las educadoras del Centro Comunitario
de Desarrollo Infantil San José, Ajusco (México) trabajaron con los niños una actividad
dramática y teatral durante el primer trimestre del año, representando
situaciones vividas por ellos, como por ejemplo un conflicto en el patio o en
clase.
El
objetivo era ayudar a los niños a conocer sus sentimientos y ponerles nombre. Así,
poco a poco los pequeños aprenden a relacionarse con ellos mismos y con el
mundo externo de una forma más satisfactoria y solidaria.
Al
representar un papel, se producen cambios en las actitudes y conductas de los
niños, favoreciendo una mayor comprensión hacia las personas que les rodean. De
esta manera se les va enseñando el camino para superar obstáculos y ser más
felices en la vida.
Algunos
de ellos ya gritan: «¡SOMOS ACTORES!»
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