ESPACIO DE REFLEXIÓN
INMIGRACIÓN: EL BOTE SALVAVIDAS O LA ALDEA GLOBAL
INMIGRACIÓN: EL BOTE SALVAVIDAS O LA ALDEA GLOBAL
Esteve Redolad
Recientemente la República
Dominicana ha ocupado algunos (no muchos) titulares de la prensa internacional
por la planeada deportación de inmigrantes indocumentados de Haití. Con ella se
abre de nuevo el debate sobre inmigración, protección de fronteras, derechos
humanos, racismo e intolerancia. El tema es complejo, y obviamente afecta no
solo a la RD sino a muchos otros países de todo el mundo.
En líneas generales
existen dos enfoques sobre este problema. Por un lado los que reticentes al
movimiento migratorio enfatizan el respeto a la legalidad, la soberanía
nacional y el desequilibrio social y económico que representa la inmigración.
Por otro lado los que defienden los derechos humanos, la integración social y
cultural y la solidaridad.
Son dos puntos de vista
que pueden ser matizados e incluso combinados, pero en el fondo expresan dos
visiones del mundo distintas, cada una con su propia metáfora: Por un lado la
del Bote Salvavidas y por otro la de la Aldea Global. En la primera los
inmigrantes son nadadores en busca de salvación hacia un bote ocupado (para
muchos ya lleno), donde rescatar a supervivientes es un peligro para los que ya
están dentro y en consecuencia también para los que quieren ser rescatados. En
la segunda el mundo es visto como una aldea, donde cada uno contribuye en el
crecimiento de la misma y al mismo tiempo la necesita. Los que se van
incorporando a la Aldea Global no son una amenaza sino una oportunidad.
El primero parece ser un
argumento duro pero práctico y realista, el otro parece una visión ingenua,
idealista e irrealizable.
El demógrafo Malthus
predijo que el mundo quedaría sin recursos y superpoblado para el año 1880 (por
aquel entonces la población mundial era de 1.500.000). En los cálculos
matemáticos de Malthus no preveía el avance tecnológico y científico en áreas
como la producción agrícola o la medicina. Seguro que para él y sus
conciudadanos, muchos de estos logros del siglo XX serían en sus días sólo ideas
ingenuas, idealistas e irrealizables.
Una de las facetas más
fascinantes de la especie humana es su capacidad de adaptarse y adaptar su
entorno para enfrentar nuevos retos. Si la inmigración se enfoca desde el punto
de vista de la competencia por los recursos (naturales, económicos, laborales,
culturales o sociales), entonces la inmigración es una amenaza. Si la
inmigración se vislumbra como un desafío fruto del dinamismo, del crecimiento y
del enriquecimiento de estos recursos, entonces la inmigración es una
oportunidad.
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