ESPACIO DE REFLEXIÓN
PARA CELEBRAR, AQUÍ, LA NAVIDAD
El mensaje de Juan el Bautista resume el mensaje de Adviento, que nos prepara para la Navidad: “Preparad el camino: allanad los senderos, elévense los valles, desciendan los montes y colinas…” (Lc 3, 4-6, citando a Isaías 40, 3-4).
¿Cómo traducimos hoy este mensaje? ¿Qué senderos intransitables se tienen que allanar, qué valles deben elevarse, qué montes deben descender, hoy, aquí, entre nosotros, para que, como dice la lectura, todos vean la salvación de Dios?
Siempre habrá quien, creyéndose más listo o capacitado que los demás, busque (y acaso halle) un atajo entre los obstáculos que bloquean nuestros caminos, un puentecito sobre los valles que nos impiden el paso y un túnel que perfore el monte que nos bloquea… pero esas aventuras individuales e individualistas no nos interesan: la Navidad auténtica tiene que ser para todos, no sólo para algunos.
Siempre habrá quien, creyéndose más listo o capacitado que los demás, busque (y acaso halle) un atajo entre los obstáculos que bloquean nuestros caminos, un puentecito sobre los valles que nos impiden el paso y un túnel que perfore el monte que nos bloquea… pero esas aventuras individuales e individualistas no nos interesan: la Navidad auténtica tiene que ser para todos, no sólo para algunos.