Hace ya once años que Florinda y
“El Ciego”, como así apodan todos cariñosamente a Bienvenido Mancebo, se
pusieron en marcha para conseguir un sueño: agua para sus comunidades. Cañada
de Piedra y La Altagracia son dos “campitos” de la parroquia La Sagrada Familia
en los que viven unas quinientas personas, y nunca habían tenido agua potable.
Las mujeres caminaban hasta dos kilómetros para llegar al pozo, teniendo que cruzar
una carretera estatal, con el peligro que ello conllevaba (y de hecho se
produjeron accidentes en múltiples ocasiones).
Cargaban bidones de 20 litros hasta sus casas, y administraban el agua
con mucho cuidado porque sabían bien que cuanto más rápido la gastaran más
pronto tendrían que volver a caminar bajo el sol, a por más.
Hoy se ha hecho realidad el sueño
de Florinda y Bienvenido. Tras años de visitas a instituciones y autoridades, presentar
cartas, organizar comisiones para dialogar con las autoridades, y decenas de
reuniones, obtuvieron respuesta: hace un par de años la Fundación para el
Desarrollo de la Diócesis de San Juan de la Maguana (FUNDASEP), junto a Manos
Unidas, Nuevos Caminos y la Parroquia La Sagrada Familia de Sabana Yegua identificaron
un proyecto integral en el que el agua era un componente esencial. El acueducto
de Cañada de Piedra-La Altagracia era la necesidad más acuciante.