sábado, 25 de octubre de 2014

UNA GRAN FIESTA: AGUA PARA CAÑADA DE PIEDRA Y LA ALTAGRACIA (REPÚBLICA DOMINICANA)

Hace ya once años que Florinda y “El Ciego”, como así apodan todos cariñosamente a Bienvenido Mancebo, se pusieron en marcha para conseguir un sueño: agua para sus comunidades. Cañada de Piedra y La Altagracia son dos “campitos” de la parroquia La Sagrada Familia en los que viven unas quinientas personas, y nunca habían tenido agua potable. Las mujeres caminaban hasta dos kilómetros para llegar al pozo, teniendo que cruzar una carretera estatal, con el peligro que ello conllevaba (y de hecho se produjeron accidentes en múltiples ocasiones).  Cargaban bidones de 20 litros hasta sus casas, y administraban el agua con mucho cuidado porque sabían bien que cuanto más rápido la gastaran más pronto tendrían que volver a caminar bajo el sol, a por más.
Hoy se ha hecho realidad el sueño de Florinda y Bienvenido. Tras años de visitas a instituciones y autoridades, presentar cartas, organizar comisiones para dialogar con las autoridades, y decenas de reuniones, obtuvieron respuesta: hace un par de años la Fundación para el Desarrollo de la Diócesis de San Juan de la Maguana (FUNDASEP), junto a Manos Unidas, Nuevos Caminos y la Parroquia La Sagrada Familia de Sabana Yegua identificaron un proyecto integral en el que el agua era un componente esencial. El acueducto de Cañada de Piedra-La Altagracia era la necesidad más acuciante.

martes, 21 de octubre de 2014

“DONDE COMEN 70 COMEN 100”

Recorriendo casa por casa en busca de familias con niños menores de 6 años para invitarlos al Centro Educativo San José nos encontramos con la vivienda de Elvira, una mujer delgada de poca estatura y piel curtida, con una sonrisa contagiosa en su rostro. Su precaria casa en Jardines de San Juan Ajusco, a las afueras de la ciudad de México, es apenas un techo de lona ya podrida por la lluvia y el sol, con paredes de madera sin trabajar, y el piso totalmente de tierra. Como la mayoría de las casas de este asentamiento irregular, no cuentan con electricidad, agua potable ni alcantarillado. Ahora que inicia la temporada de frío y lluvias constantes, tienen que buscar la manera de protegerse: se calientan con un  fuego de madera dentro de la casa y ponen una cubeta para recolectar el agua que cae de las goteras para lavarse.

Elvira vive ahí con su esposo y su hijo de cuatro años, Emilio. El niño siempre está con su madre, la cual va a trabajar lavando los platos de una señora del mismo barrio, de manera que no asiste a ningún tipo de escuela, centro o guardería. En la conversación nos percatamos que las razones de no llevar a su hijo al centro son sobre todo por desconfianza, ya que Elvira teme que un día Emilio sea raptado, pues se han presentado casos en el barrio.

lunes, 13 de octubre de 2014

PROMOTORAS DE SALUD APRENDEN A COMBATIR LA CHIKUNGUNYA 

En las comunidades de Sabana Yegua todos están preocupados por la chikungunya. Esta enfermedad lleva ya varios meses afectando la región. El virus, conocido en el continente africano y asiático, llegó recientemente al Caribe, y el Ministerio de Salud de la República Dominicana estima que aquí 500.000 personas han contraído la enfermedad en los últimos meses.

El virus, transmitido por un mosquito, solo letal en contadas ocasiones, provoca grandes dolores articulares, erupciones y fiebre. El 90% de los picados por el mosquito infectado desarrollan síntomas al cabo de entre cuatro y siete días, que entonces suelen durar por lo menos una semana, en la que el dolor es tan intenso que los enfermos no pueden realizar las labores diarias. Hay un gran absentismo escolar y laboral y la salud se puede complicar seriamente en el caso de niños y ancianos.



Patricia Comella, bióloga especializada en enfermedades tropicales ofreció un taller sobre la chikungunya el pasado agosto a las responsables de los 18 botiquines rurales de la Parroquia La Sagrada Familia. De una forma didáctica, los asistentes aprendieron sus causas y cómo prevenir la enfermedad para así poder multiplicar sus conocimientos con sus vecinos. Según Carmen de León, encargada del botiquín comunitario de Galindo Adentro (una pequeña comunidad de unas 30 familias), en su pueblo casi todos los habitantes padecieron ya la chikungunya. Acabada la charla, y para agradecer su labor voluntaria atendiendo los botiquines en sus comunidades, la parroquia les obsequió un cubo, cloro para desinfectar los tanques de agua y mosquiteras.

Los 18 botiquines rurales, junto al centro de salud y un centro de fisioterapia forman parte del programa de atención sanitaria de la parroquia, que tiene como objetivo mejorar la salud de los más vulnerables.